Una puesta en escena pobre, una mala ecualización, un público poco idóneo, una mala ejecución o simplemente la nula conexión del músico con el público, pueden ser factores que, dependiendo de cómo se utilicen, marcan una diferencia abismante entre un espectáculo musical en vivo y otro. Para bien y para mal.
¿Qué determina que un concierto sea una experiencia maravillosa o un completo fiasco? ¿Qué pasa cuando viene el grupo de tus sueños, ese que esperaste durante tanto tiempo, ese por el que pagaste las lucas que no tenías, y que cuando lo ves vives la experiencia más matapasiones de la vida? ¿Cómo cambia tu relación con ese grupo de ahí en más?