Internet killed the radio star

Cuando era chica y estaba recién cachando que me gustaba la música y quería saber un poco más de ella, la radio era una herramienta fundamental. En tiempos donde internet era una utopía digna del primer mundo y nosotros aún no conocíamos masivamente sus virtudes debido a su altísimo costo, se transformó en una buena plataforma para conocer nueva música.

Así, los programas donde había un presentador que programaba música que usualmente no sonaba durante el resto del día en la programación, eran una buena instancia para ampliar mis conocimientos musicales. Al igual que muchos, esperaba con ansias que esos programas empezaran, con mi cassette listo para grabar o regrabar -rezándole al Pulento para que pusieran las canciones enteras y no las cortaran ni les pusieran alguna locución entremedio que dijera el nombre de la radio o algo parecido-, material que aún deambula en alguna parte de mi pieza. Recuerdo, por ejemplo, que cuando iba en quinto básico, y antes de mi fiebre por los Backstreet Boys, escuchaba muchísimo la radio Rock & Pop, donde conocí grupos como Oasis (en pleno apogeo de su «Wonderwall»), Jamiroquai (cuando «Cosmic Girl» nos salía hasta en la sopa) y Metallica (en tiempos de lapidación pública de parte de sus fans acérrimos por mandarse el «Load»), entre otras cosas.

Hoy en día prácticamente no escucho radio. No la necesito. Es más: ni siquiera me gusta. No me gusta la idea de tener que someterme al arbitrio de otra persona que está programando música, no me gusta darme la molestia de tener que ir cambiando de radio y buscando algo que me guste cuando justo tocaron una canción que no era de mi agrado. Ya no me sirve ni siquiera para conocer nueva música.

¿Qué pasó entremedio? Básicamente, internet. Gracias a esta herramienta fue que todos los que de alguna u otra manera tuviéramos un interés especial por la música fuéramos capaces de ampliar nuestro horizonte de posibilidades a lugares inimaginados. Y si no puedes bajar la música pero tienes acceso a un computador con internet, ahí está Grooveshark y otros similares para permitirnos armar el playlist que queramos a la hora que queramos y cómo queramos.

Ya no me llama la atención enterarme de noticias o de nuevos grupos o nuevos singles mediante la radio, porque la radio, querámoslo o no, ya está un poco en el pasado. El presente es internet, es el mp3 (y para los más exigentes, el FLAC), es la posibilidad de escuchar discos completos o canciones sueltas si así lo queremos, de armar nuestros propios playlists y sacarle la lengua al DJ que se esfuerza por armar una programación decente en la radio, medio controlado por intereses creados por partes de empresarios, empresarios tanto de la música como de publicidad en general, que son quieres controlan qué se programa, a qué hora se programa y cuál es el minutaje de avisajes comerciales por segundo, así como también financian los programas que cuentan con algún locutor y una línea temática más o menos estable.

Y dentro de esa lógica bajo la cual funciona la radio, hay algo que no entiendo del todo: ¿por qué la gente se toma la molestia de agarrar un teléfono y llamar para pedir una canción? ¿Es por la idea de que van a decir tu nombre y la canción que pediste, y como la canción que pediste es bacán tú vas a ser más bacán? ¿Algo así? Porque aunque suene muy huevón eso, más huevona me suena la idea de que se esfuerzan, se esmeran y llaman, siendo que te demoras menos en buscar en internet y bajar la canción que en todo el proceso de pedirla a una radio, donde más encima tienes que rogar como enfermo para que te tomen en cuenta.

Por otra parte, si queremos informarnos de noticias, ahí tenemos internet para buscar en páginas extranjeras, con información de primera mano. Y ya ni siquiera tenemos que meternos directamente a cada página a revisar las informaciones a ver si hay algo que nos interesa, pues con Twitter tú no vas a la información, sino que la información viene a ti.

El semestre recién pasado tuve un curso de periodismo donde trabajamos en torno a la radio. Y ahí aprendí muchas cosas sobre su funcionamiento, no sólo en términos de lo que se programa, sino el por qué se programa, el cómo se financia, y una serie de elementos que componen su lógica interna. Y en vez de provocarme una atracción que podría redimir mis largos años de ausencia como radioescucha, me hizo confirmar que la radio, con todo respeto, vale soberana callampa. Entretiene, pero su entretenimiento es tan limitado y manejado por intereses creados que, insisto, nadie a quien le guste realmente la música podría ser un radioescucha habitual. Y es por ello que me provoca cierto nivel de gracia que la gente que trabaja en radio, sobre todo los que trabajan en radios de corte más rockeras, crean que son algo así como rockstars también y que saben mucho de música, pues sigo a varios de esos vía Twitter y, con todo respeto, tienen un horizonte musical más limitado que la cresta. Pero bueh, con eso les basta y les sobra para la pega que hacen, así que supongo que está bien.

Finalmente, me atrevería a sostener que la radio hoy en día no es para quien gusta de la música, es para el oyente ocasional, para que pone música en el auto mientras está en el taco, para el que pone música mientras está trabajando, para el que no aprecia la música como fin en sí mismo, sino para llenar silencios incómodos o para que el tiempo parezca transcurrir más rápido. A lo sumo, es para «sacar de apuro» cuando no tienes un dispositivo portátil para escuchar tu música favorita, pero no es más que eso.

Así que locutores de radio, no se pasen tanto a caca. No es la gran hueá.

Saludos!


5 respuesta a «Internet killed the radio star»

  • Patricio Estrella

    Claro, es cierto. Para gente que ya creció con esto deja de ser la gran cosa. Muchos que tuvimos esa escuela y que ya llevamos años escuchando música y que siempre estamos en búsqueda de algo nuevo no es llamativo.Con la masificación de internet el acceso está a clicks de distancia a lo que queramos. Lejos quedaron esos días por ejemplo para mí que me gusta mas el rock de dedicarme prácticamente todo el día a escuchar la Concierto rockera, era una maravilla, incluso con programas segmentados y todo eso. O escuchar cosas under que jamás pensaba tener acceso como ‘La Alcantarilla Gaseosa’ de la R&P, descubrí mucho y el horizonte musical a partir de eso se fue ampliando más. Ahora, como bien dices la radio es para el oyente ocasional, no el que está tan «metido en la volá» y si de ahí empiezan a cultivar su amor por la música, bacán. Ya tendrán su proceso de evolución igual que nosotros quizá. En definitiva, creo que la radio todavía tiene sus ‘targets’, nosotros dejamos de serlo que rato, creo que igual queda de eso, gente que tiene sus programas favoritos y los disfruta, aunque internet les va a acortar seriamente las distancias que tuvimos que trazar nosotros, me llama la atención que hay pendejos de 16 años que cachan mucho, ejemplos claros que gracias a internet han tenido acceso mucho mas fácil que lo que tuvimos nosotros que teníamos que juntar lucas casi hasta dos meses para obtener nuestro disco favorito y no tener que escuchar singles radiales. 21sth century digital boys pos, musicalmente hablando.
    Yo tampoco escucho radio ahora. Solo podcasts por ahí o muy ocasionalmente la Sonar. Igual pienso que la radio tiene esa cosa mágica y la recuerdo con nostalgia.
    Si me emociono a cagar con esta canción es que mucho de eso queda en mí: http://www.youtube.com/watch?v=iPuOGaoDeIE

    Saludos! 🙂

  • sando

    yo tengo una radio en el baño y la uso para esos gratos momentos en que uno se sienta o uno se ducha, saca de apuro y de repente encuentro una canción que encuentro chora, me aprendo la letra al tres y al cuatro y recurro a la buena internet para ver de qué se trataba, claro, eso pasa pocas veces, muy pocas veces, pero ha pasado.
    lo otro que quería decir es que de repente uno encuentra un programa que vale la pena, en aquella época recuerdo que escuchaba los Invasores de la rock & pop que la animaba el dr. zombie y puta, me despertaba los domingos a escucharla, con eso te digo todo.
    Actualmente lo único que escucho en la radio a conciencia y cuando puedo solamente, es un programa de jazz que dan en la Radio Valentín Letelier de la Universidad de Valparaíso todos los días de las 2000 a las 2100 y que encuentro demasiado bacán porque te le meten jazz sin tanto adorno, el loco te dice algo de los temas y bam, una hora de música. el resto a decir verdad, de la experiencia radial, vale caca, voto de caca especialmente dirigido a la nueva línea editorial (por decirlo de un modo) de la rock & pop.
    bueno, eso, quería compartirte mi experiencia, salud.

  • PCP®

    Nunca olvidaré que las primeras veces que oí a Maiden y Metallica fue por error en la Radio Carolina. Hoy pasé a lookear y mis oídos vomitaron cerumen.

    Lo de llamar para pedir una canción es un comportamiento peculiar que no se lo amarro sólo al aweoneismo. De hecho tengo una anécdota de ello. Una vez una lola buena moza me dedicó una canción «por la radio» y en verdad la canción me daba lo mismo, tengo el cd aún en mi pieza y podía oírla cuando quisiera. El tema es la posibilidad de hacer público un tema íntimo o personal y entregar un mensaje sabiendo que será escuchado por los oyentes del medio de comunicación, porque querámoslo o no, la radio no es para entretener ni para escuchar música.

    La radio tiene un rol informativo mas que probado en catástrofes en nuestro país.
    Esa es mi mierda de aporte. Quizá tu ex-fascinación comenzó por conocer grupos musicales, pero la radio no es para eso. Viva la diversidad!

    Saludos Ojos!!

    Cual es la pila!! Rayovac es la pila!!!
    Formac! valor en aaaaaceeeee rooooo!!!!

    P.D.: Oye, fuiste a Limp Bizkit? XDDD

  • Stephen Malkmus wannabe

    ammm fran normalmente sabes que apoyo tus artículos porque «le pegai» cabra a la’s critura…pero esta vez creo que debo decir thumbs down…escribiste sobre algo que es de perogrullo

    Saludos 🙂 y no escribas mas tautologías >8(

  • andreZoolander

    Hace 15 años aprox. dejé de escuchar radio, siempre he sido mi propia emisora, desde los cassettes normales o con cinta cromada hasta el MP3. Cuando chico pasé practicamente por todos los géneros, tratando de encajar en algun grupo, porque en ese tiempo uno se tenía que vestir según lo que escuchara, sino era «posser». Hasta que me di cuenta que se tenían que ir un ratito a la mierda todos y no avergonzarme de tener grabado «The Great Southern Trendkill» de Pantera en el lado A y el homónimo de ‘N SYNC en el lado B. Ahora soy capaz de apreciar todo tipo de música y no encuentro nada «cuático» o «huea rara».

    Volviendo a lo de las radios, después de mi desvarío, donde trabajo escuchan distintas emisoras y cada vez que voy a alguna de las oficinas, se repiten temas ya sea cada semana o dia por medio y les digo «oye pero esta huea la pusieron el otro día y depues venía el mismo tema» y me dicen «ah no sé». Y eso hace notar la despreocupación que hay ahora en la programación de música, ya sean clásicos o contemporáneos, se pone más enfásis en programas con locutores que hablan puras hueas y alcanzan a poner uno que otro tema entremedio. Es como lo mismo que le paso a MTV pero en realities, que los llenan de música para despues sacar los soundtracks y eso es lo que vende.

    Saludotes.

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